sábado, febrero 25, 2006

Estelle Talavera Baudet


Estelle Talavera Baudet (Madrid, 1979) es filóloga, master en creación narrativa por la Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH), así como en Edición por Santillana Formación. Ha colaborado con numerosas editoriales como Triacastela, Plaza & Janés (Random House Mondadori), Temas de Hoy (Grupo Planeta), Bruño, McGraw-Hill y Teleno Ediciones. Actualmente es editora y diseñadora en El Tercer Nombre y Almirante Libros.

Ha cosechado varios premios literarios. Fue ganadora del 1.º Premio Internacional de Poesía La Mano en Valparaíso, Chile y del 2.º Premio de Poesía Arte Joven 2003. Fue finalista de los concursos internacionales Ediciones Raíz Alternativa; Centro Poético de Madrid (en dos ocasiones: 2003 y 2005); Concurso poético de Editorial Nuevo Ser y Concurso Internacional Literario Mis Escritos de Buenos Aires.

Acaba de publicar "27 paraguas" de la mano de EL PROBLEMA DE YORICK. Ha publicado en numerosas antologías, como Estrella Fugaz; Letras de Seda; Los cuentos de nunca acabar, y revistas literarias tales como El nido del escorpión y Tinta. Uno de los poemas de 27 Paraguas es analizado en un Cuaderno de Lectura de la Editorial Santillana. También colaboró con poemas en la sección de cultura de numerosos periódicos.

Fue 1.º Premio de Fotografía en Arte Joven 2003 y finalista en dos ocasiones (2003 y 2004) en Maratón Fotográfico Obra Social Caja Madrid. Ha expuesto en numerosas ocasiones: en el Centro Cultural Jon Juaristi, en IES San Fernando; en la ECH; en Aromas de Dakar y en Alhucena.

La fruta de la vida


Llegué un poco pronto. Le esperaría sentada. El camarero parecía preguntarme con la mirada desde lejos, y vocalicé sin ruido un “estoy esperando a alguien” gesticulado.
El local era antiguo, con esos monumentales maderos que parecen conocer tantos tiempos, tantos cambios, tanta gente. Los grupillos se dispersaban como setas por todo el local. Las carcajadas resonaban con sinceridad por todos los rincones.
Una mujer un poco ebria, canturreaba a media sonrisa en la oreja de su compañero, el cual respondía poniéndose colorado y abriendo ampliamente los ojos, los cuales se cruzaron en algún momento con los míos.
Un hombre leía en uno de los rincones, con un jersey de lana y una pipa; probablemente un inglés pensador y paciente. Parecía no oír bullicio alguno. Su café permanecía a rebosar, y la lectura le sumergía por completo.
En la vitrina que daba al exterior, la calle se desplegaba en el atardecer con armonía. Sus farolas, su distraído trasiego, su luz rojiza... el cielo dejando caer la noche con pinceladas en el cielo. En las ventanas comenzaban a iluminarse las lámparas, las velas... de pronto vi un poblacho del medievo, con sus trajes de marrones rústicos... Llamé al camarero y le pedí una cerveza bien fría, y al decirlo se me hizo de repente la boca agua. Volví casi con ansiedad la mirada al exterior: las farolas me trajeron a Londres, el Londres de los carruajes negros de ruedas blancas... los trajes elegantes y los bombines. La música del local iba curiosamente acorde, charlestón, ritmo de vida en los locales de jazz en pleno piccadilly circus.
Félix no llegaba, ¿dónde se habría metido?. A lo mejor no le apetecía salir... cada vez que no le apetece salir llega tarde, supongo que porque duda hasta el último momento. Un pequeño nudo se formó en silencio en mi garganta. Me negaba. Apagué el móvil, no tendría manera de dar conmigo. El hombre de pipa, el escritor, el inglés... o un Hemingway, recitador o simplemente soñador, pidió la ubicación de los baños. Lo pidió en un perfecto español. No era extranjero. Otro nudo se formó, un poquito más enredado todavía.

En la calle, las luces comenzaban a duplicarse. Me imaginé una biblioteca en pleno Oslo... alguna torre medio caída. Un paseo desconocido.

Félix apareció al fondo de la calle, sin maleta ni bolso, ni libro, ni buen caminar... sólo un móvil al que marcaba con amargo dinamismo, mientras se dirigía con paso irritado hacia mí.

(Antología de Poesía y Cuento, Ediciones "Mis Escritos". Lanús, Argentina, 2003.)
Estelle Talavera

Viaje imagen



Paradisíaco, lento, sonriente... la antítesis de nuestra Europa, pero peligrosamente cercana por momentos, decadente, subida al tráfico de Bangkok, pero alejada de la civilización en Koh Chang, buceando